17.11.09

Rol del hombre peronista


El aspecto psicológico también tiene su importancia. Nosotros debemos hacer frente a todas las maledicencias que a menudo se desatan en contra nuestra. El peronista tiene que ser un hombre valiente para enfrentar decididamente a los que vienen con doctrinas raras que nunca dejan de ser interesadas. Tenemos que reaccionar contra esa gente; tenemos que ponernos frente a ellos. En este sentido hay que tomar de una vez una posición definitiva, porque en caso contrario la prudencia nuestra hace que triunfe la imprudencia de ellos. Otros asuntos que tienen su gran importancia es el de las cuestiones sindicales. Yo, personalmente, jamás he intervenido en las cuestiones internas de los gremios porque entiendo que esas cosas deben estar exclusivamente en manos de los dirigentes y trabajadores, porque nosotros luchamos por una causa que tiene un objetivo determinado. Se puede aceptar la lucha entre dos dirigentes, entre dos tendencias o entre dos ideologías, pero no lo que no se puede aceptar es que dirigentes concientes hagan el juego a los que están actuando en el campo sindical con fines políticos. En este sentido siempre he dicho las mismas palabras: cuando en el sindicato entra la política, ¡pobre el sindicato! Porque política es todo aquello que no defiende única y exclusivamente el interés sindical. Señores, yo observo, que aunque muchas veces me haga el que no veo, algunas caritas pecaminosas entre algunos dirigentes de extraña ideología, que piden la luna. Entonces, es para no ser menos, uno de los nuestros piden la luna y el sol. Otros que por ahí hacen algunas declaraciones que dentro del comercio argentino están fuera de lugar, porque dicen que la presión de los comunistas no le permite sostener sus propias doctrinas. Eso ocurre, señores, hasta en las mejores familias. Así como un señor que me dice un día que el estado económico de su país no permite defender su dignidad. En este sentido ocurre lo mismo. Ninguna amenaza me puede a mi cambiar de posición dentro del campo político argentino. Lo otro es suicida; es hacerle el juego a los que están luchando por la destrucción de lo que nosotros estamos defendiendo. En esto no es aceptable que una persona piense que se puede ser amigo y enemigo a la vez de una tercera persona. Eso, en buen romance, es una falta de personalidad y de seriedad, una falta de vergüenza en algunos casos. En esto como en todas las cosas, se es o no se es. En este terreno, como en todos los demás, hay que trabajar, hay que trabajar y trabajar dentro de nuestros hombres, para llevarles la verdad. Yo no he intervenido nunca para pedirles, ni le pediré tampoco en el futuro, que lleven a los compañeros una cosa que no sea la verdad. Lo único que les pido es que lleven la verdad para que los hombres vivan en ella, por que el mayor peligro que puede correr la clase trabajadora es vivir engañada. Dios nos libre de organizaciones sindicales manejadas por dirigentes patronales, mientras ellos creen que son dirigentes obreros los que tienen. Sabemos bien que esos no son dirigentes obreros. Hemos visto como actúan en conferencias internacionales, donde el patrón más reaccionario muchas veces no había dicho las barbaridades que dijeron esos dirigentes obreros. Yo sería incapaz de pedir a ninguno de ustedes que no dijese sino la verdad, la absoluta verdad y nada más que la verdad. Por eso, les pido que les digan a nuestros compañeros de causa y de lucha, que hay que trabajar. Yo seré el ejemplo, en lo que pueda. Me paso aquí el día entero, que ya es mucho; por eso digo, señores, tenemos que trabajar, no descansar, por que los enemigos no descansan y cuando levantan cabeza dicen: " ya se va a ir el loco este y entonces vamos a arreglar cuentas”. Por eso, cuando el loco se vaya, tienen que quedar muchos locos detrás de él. Para formar muchos locos, tenemos que trabajar mucho, por que no es fácil formar mucha gente que decididamente esté en esta causa con lealtad. Y el que está sin lealtad, es mejor que no exista. Cada uno debe tener la colaboración firme y leal, como debe ser la colaboración de los hombres, si tenemos hombres, hemos ganado.

Juan Domingo Peron con Dirigentes Gremiales - 18 de junio de 1948